La finca El Milagro se encuentra situada en las afueras del pueblo de Villa de Leyva (Boyacá, Colombia). Con un área de 55 hectáreas, abarca un amplio rango altitudinal, que va desde 2250 msnm en los sectores bajos del predio hasta 2950 msnm en la parte más alta de la montaña. Hace siglos, la cobertura vegetal más desarrollada de todas estas laderas eran bosques relativamente secos, dominados por roble (Quercus humboldtii). Junto a esta especie dominante, crecían otros árboles como gaque (Clusia sp.), herrerum (Ficus velutina), conservo (Ficus americana), guamo (Inga sp.), corono (Xylosma spiculifera), arrayán (Myrcianthes leucoxyla), cucharo (Myrsine pellucida), tuno esmeraldo (Miconia squamulosa) y otros.
En la actualidad, luego de numerosos incendios, gran parte de estos bosques han desaparecido, siendo reemplazados por matorrales pirófilos con hayuelo (Dodonaea viscosa), chilcos, ciros o camisetos (Baccharis nitida, Baccharis macrantha, Baccharis trinervis, Baccharis prunifolia), Chromolaena odorata, Chromolaena tacotana, Lepidaploa karstenii, chite (Hypericum juniperinum), laurel de cera (Morella parvifolia), helecho marranero (Pteridium arachnoideum), etc.
Fragmentos y franjas de bosques de robles persisten en hondonadas donde los árboles viejos se han salvado del fuego. Más abajo, la finca alberga otros hábitats como un parche de bosque inundable dominado por aliso (Alnus acuminata), potreros con una gran abundancia de hierbas y flores silvestres y pequeñas áreas de cultivos y jardines.
Se estima que unas 400 especies de plantas vasculares pueden habitar en la finca, incluyendo 250 nativas del área. La fauna incluye un estimado de 60 especies de aves, de especies tan diversas como perdices, torcazas, pájaros ardilla, colibríes, mirlas blancas, tangaras, toches y chirlobirlos. Los mamíferos incluyen faras, guaches o cusumbos, zorros, comadrejas y conejos silvestres. Entre los reptiles se ha registrado la endémica e inofensiva serpiente tierrera. Entre los anfibios, la rana sabanera y el sapo común. A esta fauna se añaden numerosas especies de invertebrados, como mariposas, abejas, avispas, saltamontes, libélulas, arañas y alacranes. Todo un muestrario de la biodiversidad tan especial que albergan las áreas secas del altiplano cundiboyacense.
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