La torcacita (Columbina picui), también conocido como palomita de la Virgen, picuí, columbina picuí, urpilita, urquía o tortolita cuyana, es un ave columbiforme de la familia Columbidae nativa de América del Sur, habitando en todo el Cono Sur, Brasil y Colombia. Es una de las especies más comunes de palomas silvestres en su zona, habitando en una gran variedad de entornos.
El plumaje de la torcacita es poco vistoso; muestra la cabeza grisácea y el dorso gris a castaño. La garganta tiene un collar blanquecino. Las alas son pardogrisáceas, con motas negras o azul muy oscuro; abiertas al volar se distinguen dos bandas negras y una blanca. La cola muestra una orla blanca bien visible. La hembra es ligeramente más oscura y menos grisácea.
No supera los 18 cm de largo, con poco dimorfismo sexual. El pico es negro y las patas rojas.
La especie se asienta en ambientes muy diversos, desde estepas y sabanas hasta zonas boscosas y entornos urbanos. En regiones de abundancia alimenticia forman grandes bandadas de cientos de ejemplares, pero normalmente forma parejas. Se alimenta de grano y detritos.
La reproducción es constante a lo largo del año, aunque la mayor parte de las uniones se registran en primavera y verano. El nido es muy precario, a veces una plataforma sin paredes construida a base de tallos de gramíneas y palotes, con o sin revestimiento d eplumón en la cara interna. A veces reutiliza nidos abandonados por otras aves con las que comparte entorno, como el espinero (Phacellodomus spp.) o el zorzal colorado (Turdus rufiventris). Pueden intervenir ambos ejemplares o sólo uno en la construcción del nido.
Pone en días alternos dos o más raramente tres huevos, de color blanco y elípticos u ovoides, de hasta 25 × 18 mm (ambos polos iguales) u ovoidales (un polo más ensanchado que otro). Las medidas de estos varían entre 21,8 a 25 × 17 a 18,5 mm; y, tras 12 días de incubación, los pichones eclosionan; permanecerán otro tanto en el nido, al cuidado de los adultos mientras desarrollan el plumaje juvenil y abren los ojos. Poco después de abandonar el nido dejan a sus padres para independizarse.
El macho canta durante el día, con un arrullo muy rítmico de dos sílabas repetidas varias veces.