El tapacamino no construye un nido, sino que deposita los huevos directamente sobre el suelo. La hembra (o quizá ambos padres), adopta una conducta muy interesante para distraer a los posibles depredadores de los huevos, pues cuando se siente amenazada, comienza a aletear como si no pudiera emprender el vuelo, y cuando va a ser alcanzada, vuela un trecho corto y nuevamente aletea, y repite esta conducta hasta que quien la sigue se aleja de la puesta.