Cedro

Cedrela montana

Historia natural 2

RESUMEN
Por su gran talla y longevidad, este es uno de los árboles que antiguamente dominó en los bosques de piedemonte y laderas medias de los cerros de Subachoque y de otras partes alrededor de la Sabana. También pudo haber sido una especie clave de los bosques sobre suelos mejor drenados de la planicie.

Perseguido por su fina madera, usada en construcción y ebanistería, la mayoría de los grandes ejemplares, antiquísimos, fueron talados en décadas y siglos pasados. Además, la deforestación acabo con la mayor parte del hábitat de esta especie. Afortunadamente, viejos cedros se salvaron de ser cortados en fincas y pueblos y los adornan hasta el día de hoy. Sobre las ramas de estos árboles crece una sorprendente variedad de epífitas, como bromeliáceas, orquídeas y helechos.

En los alrededores de la finca El Cerro crecen aún algunos cedros centenarios. Estos han producido semillas fielmente, cada año, de tal modo que ahora crecen miles de plántulas y decenas de ejemplares juveniles, de entre 2 y 8 m de altura, en los bosques que se están regenerando en el lugar.

DISTRIBUCIÓN: Andes de Venezuela a Perú. En Colombia presente en las tres cordilleras, entre 1700 y 3100 m de elevación.

CONSTITUCIÓN, COMPORTAMIENTO Y MOVIMIENTOS
Árbol de lento crecimiento y larga vida. Los árboles adultos alcanzan gran tamaño y pueden ser una de las especies dominantes en los ecosistemas donde habitan. Las plántulas germinan entre la hojarasca y el musgo, a la sombra de bosques y matorrales nativos. De todas formas, desde que alcanzan alrededor de 1 m de altura, empiezan a requerir abundante sol para su crecimiento. Por eso, en condiciones naturales, estos juveniles se desarrollan bien sobre todo en claros del bosque.

Las raíces principales van cerca de la superficie del suelo y pueden extenderse a muchos metros de distancia del tronco. En la base del tronco de los ejemplares maduros pueden formarse raíces tablares, que ayudan a sostener al árbol.

Cuando el árbol se va desarrollando, la corteza muerta se va rajando en forma vertical. En los ejemplares maduros, estas rajaduras terminan formando surcos profundos, muy característicos de la especie.

A veces, es posible observar en algunos troncos masas de resina algo transparente, de color café, que han manado de una herida y luego se han endurecido.

Una de las características especiales de este árbol es que tiene un marcado olor a cebolla. Este olor se puede detectar, por ejemplo, estrujando las hojas. También machacando una semilla. En ocasiones, también es posible detectar el olor a cebolla a distancia, en ciertos momentos en que los árboles adultos lo emiten (posiblemente cuando están en floración).

Las hojas combinan sabor amargo y a cebolla.

Las flores tienen un color crema verdoso y no son muy vistosas para los ojos humanos.

Los frutos son cápsulas leñosas que se abren en 5 valvas, liberando las semillas. Así abiertas, recuerdan por su forma a una flor de madera con 5 pétalos.

Las semillas son aplanadas, provistas de un ala, que les permite girar en el aire como la hélice de un helicóptero y ser llevadas por el viento, lejos del árbol que las produjo. He podido observar que estas semillas pueden llegar así hasta 100 o 200 metros de distancia del árbol que las produjo.

FENOLOGÍA
Todos los años, las hojas de cada árbol de cedro se marchitan en forma simultánea. Luego, caen al suelo, quedando el árbol defoliado o casi defoliado por algunas semanas. Después, las ramas producen nuevos brotes y rápidamente se cubren de hojas. Es interesante notar que cada individuo tiene su propio ciclo. Mientras que algunos ejemplares de cedro pueden estar completamente defoliados, al lado puede haber un árbol de la misma especie cargado de hojas maduras y otro apenas produciendo hojas nuevas. Aunque el ciclo varía entre individuos, un mismo ejemplar tiende a repetir sus temporadas de marchitez-caída de follaje-nacimiento de nuevas hojas, más o menos en los mismos meses cada año (con uno o dos meses de diferencia máxima entre año y año). Luego del brote de nuevas hojas, nacen las flores. Unos meses luego de la floración maduran los frutos, cuando el follaje ya se empieza a marchitar.

CRECIMIENTO Y LONGEVIDAD ESTIMADA
Especie de lento crecimiento y vida larga. Se estima que los ejemplares más viejos alcanzan entre 100 y 300 años, e incluso más, de edad.

ORGANISMOS ASOCIADOS
En la literatura se ha registrado que las raíces de esta especie forman asociaciones con hongos micorrízicos arbusculares (Glomeromycota) (Haug et al. 2010).

Sobre las ramas y troncos se desarrolla una amplia variedad de epífitas. Estas incluyen líquenes crustáceos, líquenes foliosos (incluyendo Parmeliaceae), líquenes fruticosos (Ramalina, Teloschistes, Usnea), hepáticas, musgos, helechos (Pleopeltis macrocarpa), quiches (Tillandsia denudata, Tillandsia incarnata, Tillandsia pastensis, Tillandsia sp., Vriesea tequendamae, Vriesea sp.) y orquídeas (Epidendrum bivalve, Epidendrum excisum).

Al igual que en otras meliáceas, los cogollos de esta especie pueden ser atacados por la oruga barrenadora Hypsipyla grandella (Gómez & Toro 2007).

Sobre los troncos y ramas de esta especie a veces se observan grupos de piojos de las cortezas (Psocodea); estos insectos aparentemente se alimentan de hongos, algas y otras materias orgánicas y son inofensivos para la planta.

Sobre el eje de las hojas y bajo ellas suelen encontrarse piojos harinosos del género Mastigmas (Calophyidae), los cuales chupan la savia del cedro y llegan a producir deformidades en las hojas y caída prematura de ellas; también, por sus picaduras y secreciones pegajosas, pueden llegar a favorecer el ataque de la planta por parte de hongos patógenos.

Las hojas de esta especie son consumidas por orugas de polillas Geometridae.

Flores libadas por el abejorro amarillo (Bombus hortulanus) y por colibríes (Lesbia nuna, Metallura tyrianthina).

Las semillas son consumidas por la torcaza collareja (Patagioenas fasicata).

PROPAGACIÓN
Por semillas. Las plántulas requieren de una suave sombra durante sus etapas iniciales de desarrollo. A medida que crecen, requieren cada vez más luz para un adecuado desarrollo. Un arbolito joven, de alrededor de 1 m de altura ya prefiere plena exposición solar. El sitio de plantación definitiva debe tener suelo orgánico, profundo y fértil, con buen drenaje. Es ideal que se plante al arbolito cuando ya esté bastante desarrollado (alrededor de 1 m de altura). O, si se lo planta más pequeño, que se lo haga en un claro grande de un bosque o matorral nativo o en un borde de bosque, donde haya abundante vegetación alrededor.

EJEMPLOS DE FLORA ACOMPAÑANTE
Arrayán negro (Myrcianthes rhopaloides), pino hayuelo (Prumnopitys montana), ruache (Prunus buxifolia), chucua o garrocho (Viburnum tinoides). En laderas más bajas alrededor de la Sabana de Bogotá, también arrayán común (Myrcianthes leucoxyla) y corono (Xylosma spiculifera).

LITERATURA CITADA
Gómez Restrepo, M.L. & Toro Murillo, J.L. 2007. Manejo de semillas y la propagación de 10 especies forestales del bosque altoandino. Corantioquia. Medellín. 72 pp.

Haug, I., Wubet, T., Weiss, M., Aguirre, N., Weber, M., Günter, S., Kottke, I. 2010. Species-rich but distinct arbuscular mycorrhizal communities in reforestation plots on degraded pastures and in neighboring pristine tropical mountain rain forest. Tropical Ecology 51 (2): 125-148.

Sources and Credits

  1. (c) Mateo Hernandez Schmidt, all rights reserved, uploaded by Mateo Hernandez Schmidt
  2. (c) Mateo Hernandez Schmidt, some rights reserved (CC BY-SA)

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